Atlas : Israel Ariño

La serie Atlas constituye una síntesis auto-biográfica que agrupa obsesiones, apariciones y descubrimientos donde el acto de fotografiar es también un acto reflexivo, que engloba el tránsito de experiencias, tiempos y lugares así como un deseo latente de construir una imagen del mundo en la que el autor pueda reconocerse.

Esa transcripción de emociones se realiza a través de la ficción, de la búsqueda de lo extraño y de lo extra-ordinario como pretexto simbólico. Atlas responde al reto de representar el nomadismo de la propia vivencia, y lo hace a través de esos espacios poéticos donde lo insólito tiene lugar, donde ningún efecto puede calcularse, donde la fotografía más que captar intenta inventar (del latín invenire, descubrir), es decir, encontrar algo que no estaba dado de antemano.

El proyecto recorre también la idea de permanencia de aquellos ejes temáticos que se sostienen a lo largo del tiempo. Trabajando con ese fondo permanente e atemporal, la serie recopila experiencias que tratan esa sensación de revelación y que siguen cuestionando el deseo de mirar, el sentimiento de volver siempre a las mismas ideas, sabiendo que aún siendo las mismas, serán siempre distintas. En este sentido, fotografiar no es otra cosa que manifestarse en el paisaje, cartografiando un espacio ficcional, construido desde un ente interno, intencionado, vomitado desde la necesidad del poner(se) en comunicación, dejándose llevar por la experimentación y el contacto con los paisajes, los cuerpos y las cosas.

La série Atlas constitue une somme autobiographique, pétrie d’obsessions, d’apparitions et de découvertes. Photographier y apparaît comme un acte réfléchi, qui englobe la traversée d’expériences, de temps et de lieux ainsi que le désir latent de construire une image du monde dans laquelle l’auteur puisse se reconnaître.

Traduire ces émotions s’appuie sur le recours à la fiction, la recherche de l’étrange et de l’extraordinaire comme prétexte symbolique. Atlas relève un défi : celui de représenter le voyage nomade de sa propre expérience, au fil de ces espaces poétiques où l’insolite advient, où aucun artifice ne peut être calculé. Ici, la photographie essaie moins de capter que d’inventer (du latin “invenire”, découvrir), c’est-à-dire trouver quelque chose qui n’était pas donné d’avance.

La permanence de thèmes s’enroulant autour de l’idée du temps inspire également le projet. En travaillant ce fond permanent et atemporel, la série compile les expériences qui traitent cette sensation de révélation et continuent de questionner le désir de regarder, le sentiment de revenir toujours aux mêmes idées, en sachant que bien qu’étant toujours les mêmes, elles seront toujours différentes. En ce sens, photographier n’est autre chose que se manifester dans le paysage, en cartographiant un espace fictionnel, construit depuis une entité intérieure, douée d’intention, née de la nécessité d’entrer en communication, en se laissant porter par l’expérimentation et le contact avec les paysages, les corps et les choses.